HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS
LENGUAJE ADULTO
miércoles, 19 de octubre de 2016
CAPITULO 40 (TERCERA HISTORIA)
El bar está callado a medida que entramos. Miro hacia arriba y veo una barandilla alrededor del perímetro, entonces veo las escaleras que conducen hacia arriba y me pregunto a dónde van. El resto del espacio se ve como cualquier otro
bar que haya visto en la televisión, excepto que Martin tiene una puerta de garaje que se abre, y ya que el clima es agradable, así está esta noche, por lo que parece llamar más la atención de la calle.
Pedro tira suavemente de mi mano después de que vamos dentro y nos sentamos en una mesa del bar. Pedro y yo hacemos nuestros pedidos de costilla a la camarera. Creo que su nombre es Sally.
Un hombre en la barra se vuelve en su taburete y ve a Pedro. Levantando su copa hacia nosotros, la lleva a sus labios y bebe.
―Y otro que muerde el polvo.
―Julian, deja de hacer eso. Sabes que las mujeres Alfonso hacen todo mejor por aquí, Paula incluida. ―Carolina le sonríe al hombre.
―Por supuesto que espero que ella pueda decir una broma mejor que tú.
Miro a Pedro y luego a Carolina, confundida.
Pedro se ríe.
―Ese es Julian. Es uno de los habituales.
―Oye, es de la familia ―dice Carolina.
―Tiene toda la razón en que lo soy. Soy como el guapo. Reciben miradas gracias a mí ―dice Julian, sonriendo.
―Jarras de cerveza de nuevo esta noche, ¿eh, Julian? ―se burla Pedro.
Julian ríe.
―¿Ves? Él es uno de los divertidos. Carolina aquí necesita ayuda.
―Julian fue el oficiante de ambas bodas de mis hermanos. Por lo general sólo le gusta la gente que puede contar una buena broma, pero Carolina no puede contar chistes ni para salvar su vida, y de alguna manera, todavía se lo ganó.
―¿Hiciste una presentación en las bodas de sus dos hermanos? ―pregunto en un susurro, Julian me observa.
Él levanta su copa de nuevo.
―No lo golpees hasta que lo intentes. Te puedo dar la mejor maldita ceremonia de tu vida.
―Pues bien, teniendo en cuenta que sólo tengo la intención de hacerlo una vez, tendría que ser la mejor, ¿no es así? ―le responde Pedro.
Julian me mira y me da un guiño.
―¿Ves? Su mamá lo crió bien. ―Se vuelve de nuevo a Carolina y termina su bebida.
―Sí que lo hizo ―digo, sonriéndole a Pedro.
Comemos y pasamos el rato por un tiempo, y cuando llega el final de la noche, Pedro y yo ayudamos a limpiar y cerrar.
Pedro saca la basura cuando salimos, y al levantar la bolsa, algo corta su dedo. Él mira su mano, y la tomo en la mía mientras el pensamiento sobre lo que dijo de tomar mi virginidad me golpea.
―Pedro ―le digo, mirándolo con cuidado―. Puede que no tenga tu sangre, pero tengo tu corazón.
―Sí, Pauly, es verdad. ―Él sonríe.
Lamo su dedo. El sabor del cobre no es bueno, pero ciertamente no es tan malo como pensé que sería.
―Ahora tengo ambos.
―Me pones duro ―afirma, y miro su pantalón.
―Entonces llévame a casa, y hagamos algo al respecto. ―Le hago un guiño, mordiendo la punta se su dedo antes de soltarlo.
Tira de la cinta verde de mi cabello.
―Fuiste malditamente hecha para mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Excelentes capítulos!!! Ya son una gran familia! Ojalá nada empañe esa paz!
ResponderEliminarCómo me gustaron los 5 caps.
ResponderEliminar