HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS
LENGUAJE ADULTO
miércoles, 12 de octubre de 2016
CAPITULO 17 (TERCERA HISTORIA)
Entro en Alfonso’s, después de haber esperado para charlar con mis hermanos, pero al parecer la multitud después de la pelea se fue después de dos horas esperando por mí. Me siento un poco mal sabiendo que habría traído una gran cantidad de ingresos para Martin, Emi, y Sally. Después de disculparme con Sally y ella asegurándome que todavía sería una buena noche, lanzo uno de cincuenta a la barra y salgo.
―¿Dónde diablos esta el ratón? ―Oigo un gruñido de voz familiar.
Me giro y agarro el cuello de su camisa.
―¡No es nada de tu incumbencia de mierda! ―Golpeo a Cobra contra la pared de ladrillo.
―Es mi puta amiga ―resopla mientras me empuja hacia atras―. Así que, sí, ¡es mi asunto de mierda!
Doy un paso hacia atrás sorprendido.
―¿Tu amiga? ¿Tu puta amiga a la que le mentiste acerca de mí? Un hombre que le impidió ir a mí, sabiendo muy bien que ella...
―¡No mereces a una chica como esa!
―¿Y tú sí? ―Me río.
―Te acostaste con mi chica. Missy ―gruñe mientras sus ojos se estrechan.
Los míos se estrechan de nuevo.
―¡Tu chica se metió conmigo después de que tuvo suficiente de ti golpeándola! ―Obviamente, el hijo de puta no puede superar el pasado―. No la he tocado en meses.
―¡La alejaste de mí!
―Ningún hombre te la va a quitar. ¡Esta tan jodida por tu culpa! ―Lo empujo y espero que me conteste, quiero que lo haga. En su lugar, mete las manos en los bolsillos y se para como el cobarde que realmente es.
No me mira a los ojos cuando dice.
―Ese pequeño ratón es mi amiga.
―Ella no es nada para ti. ¿Me entiendes? ¡Nada!
Él mira hacia mí, las venas abultadas en su frente. Quiero que me pegue.
Quiero que lo haga, así podré descargar el odio que tengo dentro de hombres como él, de un hombre que piensa que está bien poner sus manos en una puta mujer.
―Ella se merece algo mejor que tú.
Me río con ira.
―¿Y mejor que yo, eres tú?
―Tú y yo no somos muy diferentes, Alfonso―encaja.
―Correcto, el peleador callejero que trata de hacer que todas las personas piensen que es un niño rico con cuchara de plata en la boca creció como lo hicimos nosotros. Eres una puta broma; eso es lo que eres.
Sus ojos se iluminan de color rojo mientras mira hacia mí.
―Dile que haría lo que la mierda tuviera que hacer con el fin de mantenerla a salvo, y haré eso incluso después de que hayas ido a ella. Voy a recoger sus piezas, y a acomodar...
―¡Vas a perder tus putos dientes si siquiera piensas en acercarte a ella, tal vez incluso tu vida!
―Pft. Ya no lo tienes más de lo que tienes la capacidad para cuidar de una chica como ella. Cuando te bajes de tus tacones de héroe, no será nada para ti, pero yo, yo soy un verdadero héroe ahora. Te guste o no, Alfonso, estoy más que dispuesto y capaz de sacarla adelante.
Me lanzo hacia adelante, listo para tumbarlo, cuando veo las luces rojas intermitentes y una sirena chillar.
―Aléjense y vayan a casa. ¡Ustedes dos!
Miro detrás de mí para ver a Johnny en un auto patrulla. El hijo de puta me está siguiendo. ¡Mierda!
Doy un paso hacia atrás.
―¡Considera este tu puto día de suerte! ―Cobra se enoja, evitando la mirada de Johnny.
―Camina por esa línea, Johnny ―digo, encontrando su mirada antes de que se dé la vuelta y se meta de nuevo en su auto. Bueno, sé que está en mi cola, así que no puedo volver a Paula ahora.
Me meto en mi auto y me dirijo a la casa de mi hermano.
Camino por las escaleras hasta la casa de Martin y de Emi, oyéndolos reír mientras camino por la puerta.
―¡Va a ser un niño! ―Se ríe mas fuerte.
―Espero como el infierno que sea niña, una que se parezca a ti y sólo actúe tan loca como su mama ―dice Martin.
―Oh, oh, Martin ―gime ella.
―Um, ¿ustedes dos estan decentes? ―les pregunto antes de doblar la esquina.
―¿Me estas jodiendo? ―gruñe Martin, y escucho el cuero moviéndose en el sofá.
Emi se ríe.
―Sí, entra.
Les doy un minuto antes de entrar en la sala de estar, donde me encuentro con los ojos brillantes de Martin.
―¿Interrumpo?
Martin me mira como si fuera un idiota.
―Por supuesto que no. Siéntate ―dice Emi mientras le da un codazo a Martin.
―Necesito tu ayuda ―digo mientras me siento. Martin asiente una vez, y Emi sonríe. Sé que el hijo de puta se lo dijo.
―Somos familia, así que la respuesta es sí desde ya.
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Cada vez me gusta más esta historia.
ResponderEliminarMuy buenos capítulos! No esperaba la muerte del padre de Paula!
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