HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS
LENGUAJE ADULTO
jueves, 6 de octubre de 2016
CAPITULO 37 (SEGUNDA HISTORIA)
Dos meses después:
La vida es buena. Cuando trabajaba en el casino, había un viejecito que siempre tenía la misma respuesta cuando le preguntaba cómo estaba hoy.
―Estoy muy, muy bien. Estoy mejor que bien ―replicaba cada vez, sin falta.
La vida es más que eso, es mejor que buena.
Tengo a mi hija, a mi hombre, y a mi familia. Bueno, tengo a mi hija y a mi hombre cada noche, excepto los miércoles.
Siguiendo con la tradición, Pedro y Camila tienen su noche de cita semanal, y la madre no está invitada. Me encanta que tenga esto.
El amor… es una cosa divertida. Da miedo. Es abrumador.
Es asombroso.
Nunca he tenido una cita para bailar. Demonios, nunca tuve novio hasta Pedro. Nunca he tenido la oportunidad de expresarle estos sentimientos a nadie que no fueran mamá y Camila. Y el amor que siento por ellas, aunque es igual de potente, es completamente diferente de lo que siento por Pedro.
Siempre dice que tengo sus bolas. Bueno, él me tiene. No estoy segura de si lo sabe. Quiero decírselo, pero al mismo tiempo, me asusta como la mierda.
Si realmente supiera lo débil que me hace… El mero pensamiento de perderlo me ata en nudos.
Es mi mejor amigo. Me sostuvo cuando no podía soportar mi propio peso.
Me dio espacio cuando necesitaba encontrarme a mí misma.
Ha sido mi mayor apoyo en todo lo que hago. Abrió las puertas para mí cuando sentí como si no tuviera ninguna parte a la cual ir. Me dio una nueva vida.
Más que nada, me ha mostrado lo que es el verdadero amor.
Para mejor o peor, Pedro Alfonso ha estado a mi lado.
Cubriendo mi espalda, incluso cuando no sabía que lo necesitaba.
Es dueño de mi mente, cuerpo y alma. Realmente llena una parte de mí que nadie más podría.
Hubo un tiempo no hace mucho cuando la idea de alguien “poseyéndome” me asustaba como la mierda.
Entonces Pedro me mostró que las acciones hablan más que las palabras. Pero las palabras son agradables, también. Pedro me posee de la misma manera en que yo lo poseo. Pertenezco a él porque pertenezco con él. No es una posesión de poder y manipulación. Es una posesión de elección.
Yo lo escogí así como él me eligió.
Elijo hacer de él una prioridad así como él eligió hacerme suya.
Elijo darme a él libremente como lo hace conmigo.
Todo entre nosotros es un intercambio. Más que eso, ya terminé con la libre elección. Tengo opciones. Se requiere un consentimiento de mierda, y la familia Alfonso me ha enseñado eso.
Puede que no sea la familia perfecta, pero somos una familia igualmente.
Por primera vez en mi vida, siento que estoy donde pertenezco. Siento como si estuviera donde pertenecemos, Camila y yo.
Yendo al bar, veo a Lucas caminar. Pongo mi bolso en la parte de atrás, y luego voy a donde está mientras me da una mirada. Lucas es un comodín, seguro, pero nunca bebe tan temprano en la noche.
―¿Quieres hablar de ello? ―lo saludo.
―¿Te has sentido impotente? ―Mira hacia mí―. Bueno, esa es una maldita pregunta tonta.
―Lucas, ¿qué está pasando?
Murmura para sí mismo.
―Intocable. Aprieta botones y ella es completamente intocable.
―¿Quién?
―Nada; no es de tu incumbencia. Solo es una mala situación para una persona inocente. Así es como funciona, sin embargo, ¿verdad? ―Se sirve otro trago y se lo bebe―. Cosas malas siempre le pasan a la gente buena. Guarda el
tesoro cuando lo tienes, porque no todo el mundo llega a tener algo bueno.
Antes de que pueda responder, se voltea y se aleja. Frunzo el ceño, deseando que Lucas me deje entrar, aunque sea solo para escuchar. Pero estos muchachos Alfonso están hechos del mismo molde, y sé eso por todo lo que está
pasando, solucionará el problema y se apoyará en la familia cuando llegue el momento.
―Hiciste un trabajo increíble, mamá Alfonso. Solo espero poder ser esa madre con mis hijos como tú fuiste con los tuyos ―susurro para mí en la parte posterior de la barra.
El resto de la noche pasa de forma rápida y sin incidentes.
Entonces voy a mi oscuro apartamento, donde Camila está completamente dormida en su habitación. Espero encontrar a Pedro en mi cama, por lo que cuando está en el sofá, me toma por sorpresa.
Las palabras de Lucas sobre atesorar mis bienes pasan una y otra vez en mi cabeza toda la noche. Como resultado, cuando Pedro se levanta y viene a mí, no me molesto con un hola; sólo envuelvo mis brazos alrededor de su cuello para
acercarlo por un beso.
―Dámelo bien, Pedro Alfonso. Dámelo bien todo el maldito tiempo.
Sus manos se mueven arriba y abajo por mis costados mientras me observa, sin comprender donde está en mi cabeza.
―¿Algo sucedió esta noche, pequeña mamá?
―No particularmente. Alguna cosa ocurrió la noche en que estacionaste tu auto detrás del mío. Pedro Alfonso, trayéndome a la vida. Me demostraste cómo es vivir realmente. Me hiciste sentir. Me abrazaste en mis peores momentos y celebraste conmigo los mejores. Podría seguir y seguir sobre todo lo que eres y todo lo que significas para mí. Por encima de todo, sin embargo, me haces sentir.
―Se siente bien. ―Sonríe, y me acerco a él.
Me muerdo el labio inferior.
―Se siente bien.
―Tengo que decir, pequeña mamá, que tan bueno como se siente, es tarde, y si voy a hacerte sentir bien antes de dormir, deberíamos ir a la cama.
―Pedro, te amo. Necesito que lo sepas. Te. Amo.
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Hermosos capítulos! Que bueno que Pau se haya decidido a jugársela por Pedro!
ResponderEliminarAl fin se la jugó Pau por Pedro. Muy buenos los 3 caps.
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