HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS
LENGUAJE ADULTO
miércoles, 21 de septiembre de 2016
CAPITULO 26 (PRIMERA HISTORIA)
Quiero hacer que sienta exactamente lo bueno que todo puede ser... con mi lengua.
Agarro sus caderas, empujando mis pulgares justo debajo de su cintura y espero a que el consentimiento sea jodidamente dado. Responde extendiendo la mano y acariciando mi erección.
Es jodidamente excitante.
Desabrocho su pantalón y se lo bajo poniéndome de rodillas.
—Coño de miel —digo mientras froto mi nariz a lo largo de sus bragas y las bajo, rasgándolas a propósito esta vez.
Sus manos van a la parte de atrás de mi cabeza, y gime mientras paso mi lengua sobre sus hinchados, calientes, pequeños labios rosados.
—Quítalas. —Tan pronto como lo dice, levanto su pierna izquierda sobre mi hombro, metiendo un dedo en su interior mientras hago círculos en su clítoris—. Me encanta tu lengua —gime mientras empuja su coño contra mi rostro.
—Mmm —replico mientras le doy lametazos.
—Oh, Dios —chilla—. Ya. Aún no. No… —Me alejo y luce conmocionada—. Te deseo.
—Has dicho que no…
Su mano empuña mi cabello y me empuja contra ella otra vez. Me río mientras chupo sus labios.
—Sí, sí, ¡e-e-espera! —Se aleja y, joder, ahora sé que está loca.
—Pau, vamos, nena. He tenido un AP durante toda la semana —me quejo. Me mira como si fuera yo el que está loco—. ¿AP? Qué borrachos…
—Sé lo que dijiste, pero...
—A de abstinencia… —Agarro su cadera y le meto un dedo—. P de Pau.
Comienza a frotarse contra mi mano.
—Pensé que querías decir... —Hace una pausa—. Oh, Dios...
—Hijo de puta. —Muevo mi dedo con más fuerza, más rápido, mientras extiendo mi otra mano y empujo mi dedo en su boca—. ¿Tienes habilidad?
Le toma un momento entender lo que estoy diciendo y luego sus ojos se amplían. Mientras se aleja, pienso en lo estúpido que he sido al mencionar esa mierda.
—Nena, ¿qué tal si olvidamos esa conversación, traes tu culo de vuelta aquí y te sientas en mi rostro?
En su lugar, se pone de rodillas, buscando a tientas mi cinturón. Joder, me va a mostrar su habilidad, y luego voy a morir como un feliz hijo de puta.
Empujo por mis rodillas y la ayudo a quitar mis vaqueros.
Entonces, está sobre mi polla como uno que acaba de cumplir veintiún años está sobre la cerveza. Está loca y gime y acaricia… y de verdad, realmente, es mala en esto.
Su puto ritmo es erróneo, y estoy intentando como el infierno hacerla sentir en control y esa mierda, pero lo que realmente quiero hacer es empujar mi rostro de nuevo en ese coño y olvidar que esta mierda ha pasado, porque ningún hombre odia una mamada. Joder, ningún hombre jamás se quejaría de una, y nunca detendría a alguien de chupar mi polla, pero Pau, bueno, es jodidamente Pau.
Cierro mis ojos. Trataré verdadera y malditamente duro de olvidar que apesta al chuparme, porque, joder, me encanta esta chica y de verdad deseo mantenerla alrededor. Sin embargo, molestias son molestias, y nunca puedes pasar por alto algo como esto. Ella se encuentra fuera de control y no estoy perdiendo mi erección, joder no, no lo hago, pero tengo que ponerle fin a esto muy rápido.
Retrocedo.
—Pau, quiero tan desesperadamente tu coño en mi boca en este momento.
Y lo hago. Gracias, joder, que no ha cambiado.
Se endereza de rodillas e intento ponerla de espaldas.
—No. —Me detiene.
—¿Vas a sentarte en mi rostro? —Oh, infiernos, sí, pienso y me echo hacia atrás.
Se mueve encima de mí, como una vaquera a la inversa, y hundo mis dedos en sus caderas, arrastrando su coño arriba y abajo por mi rostro mientras se inclina y comienza a acariciarme. Entonces, se dobla más y me empieza a chupar de nuevo.
Mierda.
Estoy tratando de no flaquear y decido sólo centrarme en el dulce coño de Pau en lugar de en mi polla siendo raspada por sus dientes y esa mierda. Empiezo a chupar su clítoris y luego lamo sus labios antes de follarla lentamente con la lengua. Estoy sosteniendo sus caderas, arrastrándola lentamente por mi rostro cuando ella empieza a aminorar. No bromeo, está imitando mi velocidad y placer, y ahora, hijo de puta, Pau me está dando la mejor mamada que he tenido.
Su lengua se mantiene plana sobre mi eje y empieza a chupar con perfecta presión. Mis bolas al instante se sienten en llamas y estoy condenadamente cerca de correrme.
Levanto sus caderas indicándole que se detenga, pero no lo hace.
—Pau —gimo—, a menos que quieras una boca llena de un cóctel Alfonso, tienes que parar. No lo hace—. No te lo voy a advertir de nuevo —gruño.
Simplemente me toma más profundo.
Así que la pongo de nuevo en mi rostro y se lo hago duro. A medida que comienza a temblar, mis bolas están en llamas y juro como la mierda que nos corremos al mismo tiempo.
Entonces, mi Pau, mi loca y pequeña Pau, me mantiene profundo y traga.
Cuando termino, se da la vuelta sobre su lado y luego se sienta.
—Vaya —jadea.
—La mejor mamada nunca. —Es sólo la mitad de una mentira. La segunda vez fue cierta.
—¿En serio? —Se sonroja.
—Sí, Pau, eres increíble.
Sonríe y muerde su labio mientras se sonroja.
—Me gustas mucho.
—Me gustas mucho, también.
Nos miramos uno al otro en la lujuria pre-orgásmica, y sé muy bien que, aparte de mi familia, nunca en mi vida me ha gustado alguien tanto como me gusta Paula.
—Por favor, vuelve a nuestra casa y descansa un poco.
—Me gustaría pasar tiempo aquí contigo. —Hace un pequeño encogimiento de hombros.
—Bien…
—No, Pedro, realmente te extrañé toda la semana. —Hay tristeza en su voz.
—¿Qué tal si preparo algo para comer y lo refrigeramos hasta ir al asunto? —Me río—. Será como una cita.
—Nunca he estado en una.
—Yo tampoco.
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