HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS

LENGUAJE ADULTO

miércoles, 21 de septiembre de 2016

CAPITULO 24 (PRIMERA HISTORIA)





Odio que vaya a ver el lugar donde vivo. Quiero decir, no se trata de un agujero en la pared, pero tampoco es como su casa. Aunque supongo que no tengo nada de qué avergonzarme. Es mío y estoy manteniéndome sola.


Froto mi trasero y nada. Llevo sus pantalones de chándal.


La sensación de la tela contra mi piel expuesta es un recordatorio de cuan fuera de control me pongo en lo que a Pedro Alfonso se refiere. Nunca antes he estado tan ansiosa y libre al tener sexo con nadie. Llevo desde la adolescencia intentando encontrar la manera de sentirme cómoda en mi propia piel.


Brian era un adolescente. Yo era una joven chica adolescente. Ninguno de los dos éramos lo suficiente mayores o lo bastante maduros para tratar con nuestras hormonas, mucho menos con lo que hacía en mi dormitorio aquellas noches. No fue hasta que encontré el sitio web para ordenar mis bragas de fortalecimiento que pude comenzar a sentirme bien acerca de mis propios deseos extraños cuando él me tocaba.


Claro, no se lo pedí. Sí, diría que no, aunque fuera en un susurro detrás de la cubierta de mi camisa. Mi cabeza estaba siempre tapada. Él no tenía que mirar mi rostro y yo no tenía que preocuparme por mi propia vergüenza mientras mi cuerpo reaccionaba. Le dije que no, pero no peleé. No me resistí. No fui una participante activa, pero sentí. Sentí todo.


Deambulando para encontrar el armario de ropa, siento el dolor entre mis piernas, un recordatorio de mis actividades con Pedro. Lo sentí, también. Sentí todo, y se sintió bien, muy bien. Sonrío.


Dice que es un dar y recibir entre nosotros. Si sólo pudiera entenderlo, me está dando más de lo que nadie ha hecho. 


Me está permitiendo reclamar mi cuerpo, mi sexualidad. Me permite reclamarme. Pedro Alfonso, el señor Melancólico, me devolvió un pedazo de mí que se perdió hace mucho tiempo.


Sigo sonriendo mientras encuentro el armario de ropa para cambiar las sábanas de la cama. Al deshacer su cama, no puedo evitar levantar las sábanas hacia mi rostro e inhalar. El olor es una mezcla de él, de mí y de sexo. Es embriagador, travieso y me excita de nuevo.


Una hora más tarde, la puerta se abre mientras estoy limpiando la cocina. Observo a Pedro caminar con dos grandes cajas y con Lucas detrás de él, llevando dos enormes bolsas de basura.


—¿Qué está pasando? —pregunto, tomando una de las cajas para aliviar su carga.


—No vas volver allí —dice Pedro mientras coloca una caja abajo y comienza a dirigirse a la puerta. Melancólico está de vuelta en plena vigencia.


Lucas me mira, guiña un ojo, se encoge de hombros, y luego coloca las bolsas en el suelo.


—Espera, ¿éstas son mis cosas? —jadeo.


Pedro se detiene, mientras Lucas pasa junto a él y baja las escaleras. Pedro se da la vuelta y me mira. Sus labios son una línea recta mientras mira fijamente hacia mí.


—¿Pedro?


—Te quedarás aquí hasta que te encontremos un lugar que sea…


—Espera, espera, detente allí mismo.


—Pau, le di un golpe a tu puerta y la maldita cosa se abrió. El pasillo huele a desechos de animales y humanos, y tu apartamento apesta a lejía, entonces sé que lo intentas, pero nadie más lo hace. Pisé a una cucaracha mientras trataba llevar tu sofá a la maldita puerta.


—Está bien.


—No, no está bien —dice con brusquedad y mueve su mano alrededor del espacio—. Esto está bien. Ese lugar... —Comienza a pasearse—. Hay una grieta en el pasillo, la pasé. Cuando entré, había una inundación en la planta a causa de tuberías reventadas. La ropa en la bolsa está empapada. Sabes qué, no importa. Tengo un montón de espacio aquí. Te quedarás, o puedes llamar a una amiga, pero que me jodan si la chica con la que compartí mi cama anoche vive así.


—Estás hiriendo mis sentimientos. —Sé que voy a llorar. 


Siento la quemadura de las lágrimas crecer.


—Nena, no estoy tratando de hacer eso, ¿de acuerdo?


—¿Cómo se ve la casa de Sadi, como un palacio? —Mi voz falla al final de mi pregunta, rompiéndose.


—Me importa una mierda si es vecina del hijo de puta que vende crack en tu edificio justo en el pasillo, justo afuera de su puerta. Ella no es tú —espeta.


Empiezo a hablar, pero alza su mano, deteniéndome.


—Voy a ayudarte a empezar de nuevo. Puedes tener cualquier habitación aquí, excepto la de Lu. Entrarás y saldrás cuando quieras, y puedes cocinar o alguna mierda por el alquiler, pero no te permitiré vivir de esa manera, Pau. Puedo ver mi maldito aliento en tu casa. Ahora ve a traer el resto de tu mierda. Elige una habitación y desempaca, y yo iré a trabajar. El lugar es tuyo. Tu auto está en el garaje, la llave de repuesto para este lugar ya está en el llavero. 
Tienes el control aquí, muchacha. También está caliente y puedes tomar un maldito baño de tres horas si quieres.


—Dijiste que no tuviste que entrar.


—Voy a entrar. Te quedarás aquí y te instalarás. Cuando encuentres un lugar, tengo muebles. Tu mierda está arruinada. —Sin otra palabra, se va.


Estoy en control. Me concedió eso. De acuerdo, dar y tomar, pienso.


La habitación en la que he dormido está bien para mí. Abro una de las cajas que trajeron y comienzo a sacar mis cosas. Saco mis bragas y miro el primer par. “Impredecible”. Sí, voy a ser impredecible.


Me río de mí misma mientras me pongo mi propia ropa. Una vez vestida, comienzo a clasificar lo que puede ser salvado del daño del agua. Cuando tengo todo lo que puedo en una pila, empiezo a añadir mis cosas en su espacio personal. 


Estoy segura de que no esperará encontrar mi ropa interior al lado de sus calcetines cuando llegue a casa. No pude hallar un cajón con su ropa interior, por lo que el de los calcetines tendrá que ser suficiente.


Froto mi trasero y sonrío. Si me va a hacer empacar sin discusión y después desaparecer, puede lidiar conmigo instalándome.


Floyd me sigue cuando pongo mis toques simples por todo el espacio de Pedro. Su cabeza se inclina hacia un lado, como si quisiera negar en señal de desaprobación mientras saco mis películas y las alineo en su centro de entretenimiento.


Claro, sé que estaré empacando todo esto y mudándome pronto, pero tomó esta decisión sin mí, así que tengo la intención de mostrarle cómo sería realmente tenerme aquí todo el tiempo. La próxima vez, me consultará antes de poner mi vida al revés.


Reflexiono sobre ese pensamiento. ¿Realmente volteó mi vida al revés, o las cosas finalmente están enderezándose desde que Pedro entró en mi mundo?


Esta es la primera vez que he sentido algo bueno en mi vida con un hombre. Pedro hace que todo se sienta bien.


A medida que las horas pasan, mi sonrisa se desvanece. La inseguridad se cuela mientras Pedro permanece lejos.


Sabiendo que tengo que trabajar en el hospital en la mañana, me subo a la cama y dejo que el agotamiento de mi vida me alcance.



***


Oscuridad. La única luz proviene de la alarma de un pequeño reloj en la mesita de noche. Su mesita de noche. 


Son casi las tres de la mañana, estoy en la cama de Pedro, de repente despierto.


Hay movimiento en la oscuridad por toda la habitación, pero no me muevo. Me quedo sobre mi lado, frente a la pared alejada de la puerta.


La cama se hunde detrás de mí, tira de la manta y, luego, Pedro me acerca rápidamente a él. Su olor me envuelve, me tranquiliza y me consume. No digo nada, no dice nada y, pronto, estoy profundamente dormida de nuevo.






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