HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS

LENGUAJE ADULTO

domingo, 16 de octubre de 2016

CAPITULO 28 (TERCERA HISTORIA)





No golpeo con suficiente fuerza. No puedo encontrar un dolor suficientemente profundo como para retirar la porquería en mi mente.


Primero, alguien mató a mi padre. El policía piensa que Pedro o yo tuvimos algo que ver con ello. Por otro lado, parece entender que somos inocentes. Claro, le di las pastillas que lo pusieron a dormir, pero eso no es de lo que murió. El informe dice que...


Mi papa está muerto. No podrá pegarme de nuevo. No podrá desquitar las frustraciones de su vida en mí.


Puedo respirar. Por primera vez en mi vida, puedo respirar. 


Entonces, ¿por qué siento como si todavía me estuviera ahogando? ¿Por qué siento como si el peso del mundo estuviera en mis frágiles hombros?


El señor Adkins, el oficial de policía, conoce a Pedro, pero por alguna razón, quiere empujarlo a esta situación conmigo. 


Sé que es su trabajo, pero ¿no era también su trabajo cuidarme cuando mi padre estaba vivo? No lo entiendo. Por
otra parte, no hay mucho que entienda acerca de Pedro.


Golpeo con fuerza la bolsa. Dándole patadas, trato de poner la bolsa en movimiento. No lo hace. Quiero gritar, pero no de dolor. Quiero llorar por todo lo que nunca tuve. Quiero llorar por todo lo que me gustaría tener algún día. Quiero llorar por todo lo que es totalmente incierto en mi vida en este momento.


Mirando a escondidas a mi izquierda, lo veo moverse por el rabillo de mi ojo, mi segundo tema atraviesa mi mente; Pedro Alfonso. Está en mi cabeza. Cada toque es eléctrico y me hace desear más. Mi cuerpo se pone a toda marcha y mi mente se apaga cada vez que está alrededor.


Buen toque.


Oh mi... el buen toque, la lluvia, la pasión, la intensidad; no podía tener suficiente. Pensando en ello, mis partes de chica vienen a la vida, deliciosamente doloridas.


¿Qué piensa Pedro de mí? Fui salvaje contra un edificio en la lluvia con él.


¿Eso es normal? No puede ser normal. Dolió, pero no como pensé que haría.


Entonces, cuanto más se movía dentro y fuera de mí, más crecía el fuego en mi interior. Cada golpe tenía a mis terminaciones nerviosas apretándose. Sintiéndolo dentro de mí, realmente dentro de mí, conectado a mí... Sólo de pensarlo me hace querer más. Si no fuera por la sangre, probablemente no habría creído que era virgen.


Él me hace eso, sin embargo. ¿Lo verá? ¿Se dará cuenta que es sólo él para mí? Me vuelve loca de necesidad, de deseo, y sólo él me puede satisfacer.


Es algo más que un buen toque. Es esta conexión.


¿Estoy loca? ¿Acaso soy una tonta enamorada?


Pedro Alfonso se siente como todo el bien en todos los males. Se siente como el único bueno manteniéndome a flote en todo lo malo.


Golpe. Golpe. Patada. Intento liberar todo en el aparato frente a mí. Aun así, no se mueve.


Cuando miro la bolsa negra con peso frente a mí y empiezo a reír, Pedro deja de golpear la que está a mi lado y me mira.


―Pesa más que yo, ¿no es así?


―¿La bolsa? ―Señala la bolsa que he estado golpeando. Asiento―. Sí, Pauly, lo hace. ―Sonríe, causando que el calor me inunde.


Me río mientras me paro con las manos en las caderas, mirando el inquebrantable obstáculo frente a mí. Se queda quieto, y me muevo rebotando una y otra vez. Cada puñetazo, patada, y golpe que doy simplemente rebota.


Así es como ha sido mi vida. Me derriban, vuelvo a levantarme, y soy derribada de nuevo. La mayor cosa llenando mi mente es: ¿Qué hago ahora?


Los ásperos dedos de Pedro toman mi barbilla y tira de mi mirada hacia él.


―No estás sola, Pauly.


Me trago el nudo en mi garganta. Su toque me hace lamerme los labios y me siento como una sobreviviente deshidratándose en el desierto, deseando una simple gota de agua. Sólo quiero un simple toque de Pedro Alfonso.


―¿Qué hago ahora? ―le pregunto, mi voz se quiebra con cada palabra.


―Todo lo que se te dé la gana ―responde.


Frota su pulgar sobre mi mandíbula antes de pasar su mano a mi cintura.


Luego tira de mí hacia él y me sostiene cerca, e inhalo su aroma y permito que su fuerza me recorra.


Todo se siente bien con él.


No hay comentarios:

Publicar un comentario