HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS
LENGUAJE ADULTO
miércoles, 28 de septiembre de 2016
CAPITULO 10 (SEGUNDA HISTORIA)
Pesos y contrapesos. El cuadro de estadísticas está a mano con Alfonso.
Por mucho que trate de convencerme de que no le debo nada, sin embargo, no está funcionando.
Puso su boca en mí, en mi cuerpo.
Paso la mano sobre mis pechos y abajo de mi estómago mientras mi piel continúa sintiendo un cosquilleo de su toque. ¿Cuánto más tengo que meter la pata en mi vida por mi momento de debilidad esta noche? ¿Cómo empezó todo
esto a salirse de control tan condenadamente rápido?
Me pego en la cara. Sácalo, Paula. ¿Cómo podría haber dejado que me hipnotizara un hijo de puta con traje nuevo?
Si el auto no hubiera tocado la bocina, ¿lo habría detenido?
Mi mente se acelera a medida que repito los movimientos. Al detenerme en un semáforo en rojo, me siento en reposo, mirando hacia abajo a mis manos temblorosas, dándome cuenta que mi dedo anular todavía tiene la marca de llevar mi anillo por tantos años.
¿Me he convertido en la puta que mi madre fue? Le prometí a Camila que le daría algo mejor. Sin embargo esta noche, bajo las brillantes luces de Las Vegas, me perdí una vez más por un hombre.
Estirándome, pongo una temblorosa mano en mi boca hinchada, y mi mente va inmediatamente a la sensación de sus labios en mí. Tenía su boca sobre mí.
Hizo que mi cuerpo cobrara vida bajo él, y fui incapaz de detenerme. Esas sensaciones… Nunca, nunca he sentido lo que sentí esta noche, incluso antes de que me tocara. Sólo trabajándolo en nuestra discusión verbal tuvo mi ropa
interior mojada.
Se me cae la cara de vergüenza. ¿Estoy tan desesperada por atención?
Una bocina detrás de mí hace que salte. Mirando hacia arriba, veo que la luz cambió a verde, y me lleno mucho más de vergüenza mientras sacudo mi cabeza centrándome en conducir a casa.
A casa.
Las lágrimas pinchan la parte posterior de mis ojos. La pequeña habitación que Camila y yo ocupamos no es un hogar. ¿Cómo voy a salir de este lío? Necesito centrarme en el camino. Necesito entrar en el juego, no perder el tiempo por ahí con un gran apostador, que solo quiere un revolcón en las sábanas. No puedo permitirme quedar atrapada de nuevo.
Enciendo la radio, necesitando una distracción, y “Tell Me Why” de Three Days Grace está tocándose. La historia de mi puta vida, pero tengo algo que quiero, y a quien protegeré con mi vida.
Finalmente en casa, me preparo para mi ducha. Al abrir el agua, suspiro mientras paso mi mano sobre mi cuerpo desnudo, y los recuerdos de él tocándome vienen de nuevo.
Me lavo mientras mi cuerpo se estremece con más
necesidad, y termino más frustrada que antes.
He cometido error tras error y los he pagado con sangre.
¿Alguna vez haré algo bien?
Hago el desayuno después de que Camila se despierta.
Luego empacamos su almuerzo y la llevo al preescolar.
Va medio día a un local de preescolar para niños de tres años. Ha sido una gran socialización para ella y un bienvenido descanso para mí desde que dejé a Monte, lo que me permite tiempo para ordenar algunas cosas en nuestra vida.
Antes, solo iba porque Monte sentía que era lo “apropiado” para ella, pero por supuesto eso se añadió a mi balance, debido a que la escuela no es barata.
―Señora Timmons, no sé cómo decirle esto. ―Carrie, la directora de la escuela, sale de su oficina para hablar conmigo.
Le doy a Camila un adiós rápido, enviándola a su salón de clases, después asiento con los ojos abiertos hacia Carrie.
―Su marido llamó y me explicó lo de su separación. También nos informó que él estaría cubriendo la matrícula de Camila.
Mi corazón se hunde, mi estómago cae, y de repente mis pies se sienten como plomo completamente. Pesos y contrapesos. Inclinan la balanza a permanecer en control, es la mentalidad de Monte.
Después de un momento continúa:
―El señor Timmons también dijo que podría llamarlo para discutir los arreglos de pago de modo que tenga ayuda en el cuidado de su hija.
Caigo de rodillas delante de ella mientras mi mundo se derrumba aún más.
Las lágrimas fluyen libremente por mi rostro, y no me importa que me vea. Carrie me permite esto, pero no por mucho tiempo. Tiene una escuela que dirigir, y no es bueno para el negocio que tengan a una mamá de rodillas en la entrada.
Por lo tanto, cuando me carga con un apretón firme, tomo esa como mi silenciosa señal para recuperar mi mierda, y rápido.
Pesos y contrapesos.
Cuadrando los hombros, me paro y limpio mis lágrimas.
Inclina la balanza todo lo que desees, Monte. No me doblaré, y no voy a romperme.
Pasando mi mañana haciendo números me parece que, si puedo quedarme con Yamila por unos pocos meses, podré pagar la matrícula. No puedo hacerle pagos a Monte, pero Marshall me conseguirá unos pocos meses extra, lo que me
dará tiempo para entrar en los juegos. Tengo que estar en uno de los juegos.
La noche llega demasiado pronto, y Camila se va a dormir después de solo tres cuentos de hadas. Con mi mente por todo el lugar, estoy agradecida por el indulto.
Con el caos del día no he tenido tiempo para pensar en Alfonso, pero mientras me termino de aplicar loción para las piernas y me preparo para ir al trabajo, silenciosamente ruego no toparme con él esta noche. Tengo que centrarme en el juego y, más importante, en los jugadores, no en algún creído.
Un juego puede ser ganado o perdido sobre la base de dar o leer un dicho, y me di por vencida demasiado rápido con Alfonso. Él me pudo leer. Esa mierda se detendrá ahora.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario