HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS
LENGUAJE ADULTO
martes, 18 de octubre de 2016
CAPITULO 33 (TERCERA HISTORIA)
Hoy es el día del servicio de Salvador. Hoy voy a ser fuerte por Pedro. Hoy le daré de regreso una pequeña porción de todo lo que me ha dado.
Kid, Pedro, y yo nos encontramos en el gimnasio con Gabriel, Carolina, Martin, y Emilia. Es tan asombroso ver a este grupo de personas interactuar como una verdadera familia. Gabriel mantiene a Carolina a su lado, y Martin se queda atrás sosteniendo a Emilia, sosteniéndola en sus brazos mientras sus manos descansan sobre su vientre. Pedro nunca suelta mi mano. Con nuestros dedos
entrelazados, unidos, no me suelta, y encuentro fuerza en el lazo. Encuentro consuelo en nuestro vínculo. Encuentro mi lugar a su lado. Siento que he encontrado mi casa.
Es un momento solemne; enfrentando la pérdida del hombre que era más un padre para Pedro de lo que su viejo alguna vez realmente lo fue. No hemos tenido mucho tiempo para hablar acerca de lo que está pasando en el mundo de Pedro, pero Emilia me dijo lo mucho que significaba Salvador para él cuando no pudo venir a mí, justo después de su pérdida.
Es reconfortante saber que su familia lo respalda y, como Emilia me dijo, a mí también.
De repente, la puerta del gimnasio se abre y Cobra entra. La tensión aumenta y la atmósfera cambia. Trato de soltar la mano de Pedro para saludar a mi amigo, pero él no hará eso.
―¿Dónde está tu equipo, Cobra? ―le pregunta Gabriel mientras Carolina se mueve detrás de él.
Ver a los hermanos Alfonso cada uno mover a sus mujeres a lugares seguros tira de mi fibra sensible.
―Vine solo.
Martin se ríe con sarcasmo.
―No te creo eso.
―Vine a presentarle mis respetos a Salvador y a verificar a Ratón. ―Cobra me mira, y le doy un saludo con mi mano libre.
―Paula está muy bien. Esto no es un juego, Cobra ―gruñe Pedro.
―Sólo quería ver a mi amiga. Necesitaba asegurarme que está realmente bien. No quiero que todo lo que hice por ella sea por nada.
―¿De qué diablos estas hablando con “hice por ella”? ―pregunta Pedro.
Trato de alejarme de nuevo para hablar, pero su mano aprieta la mía, manteniéndome en mi lugar.
―Ratón ―dice Cobra, mirándome.
―¿Qué hiciste? ―pregunto.
―Piénsalo. Piensa en ello y lo verás ―responde de manera inquietante, haciendo que mi espalda se erice con agitación.
Pensaba que era mi amigo.
―Jason, gracias por el lugar seguro donde quedarme ―digo suavemente―. Estoy bien, como puedes ver. ―Al sentir el aumento de la tensión, añado―. Salvador valora tu tiempo y respeto. Debes irte, sin embargo. Te veré por ahí, ¿de acuerdo?
―Ratón, en cualquier momento, cualquier cosa que necesites, estoy aquí. ―Saca una tarjeta de visita y la desliza en mi mano―. Cualquier cosa por ti, por tu
seguridad.
Pedro se encuentra cara a cara con él, evitando que Cobra llegue más cerca de un brazo de distancia de mí.
―Hiciste lo que viniste a hacer. Ahora es el momento de irte ―interviene Martin, poniendo su mano sobre el hombro de Cobra, y Kid se mueve a mi otro lado de manera que Cobra reciba el mensaje.
Él aprieta mi mano con la tarjeta una vez más, antes de soltarla.
―Es bueno saber que tienes gente, Ratón. Eso me incluye. No importa lo que cualquiera de ellos piense de mí, si necesitas algo, estaré aquí.
―Es hora de irse ―repite Martin con firmeza.
Cobra le resta importancia.
―Por ahora, sí. ―Mira a Pedro―. Te estaré observando. Tú y yo, Alfonso, tenemos asuntos pendientes.
―No es el momento ni el lugar, Cobra ―dice Pedro, y puedo sentir la ira crecer en él.
El miedo me atenaza, no por lo que Pedro pueda hacer, sino por la forma en que se pueda sentir.
Tiene razón. Este no es el momento ni el lugar. Este es su momento de guardar luto. Él me dio eso para un hombre que no merecía ni la mitad de lo que Salvador. Ahora es mi momento de dárselo.
―Cobra, recibí tu mensaje. Vete.
Él me guiña el ojo antes de salir.
Si las miradas mataran, los Alfonso hubieran asesinado a Cobra mientras nos dejaba.
Se necesita un poco de tiempo para que el estado de ánimo cambie, y durante todo el servicio hay una creciente tensión subyacente entre Pedro y yo.
Mi pensamiento se dirige de nuevo a Cobra. ¿Qué podría haber hecho por mí? Entonces un pensamiento me golpea, pero lo descarto. No hay manera de que Cobra matara a mi padre. Dijo que quería ser bueno. Dijo que había golpeado a su chica por ira, no porque hubiera planeado la violencia.
Esto no es algo con lo que sepa tratar.
Aunque Pedro me mantiene cerca, siento como que está distante. ¿Está enojado conmigo? ¿Está lastimado?
El servicio termina y quiero tomar todo su dolor. Hay un momento cuando quiero frotar mi trasero como Emilia, recordando las bragas que tengo. Necesito estar aquí por mi hombre. Necesito la conexión que compartimos. Necesito la calma que me da al estar conmigo. Necesito que deje ir la pérdida y que me permita compartir su carga como hizo con la mía.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario