HISTORIA DE Chelsea Camaron y MJ FIELDS

LENGUAJE ADULTO

martes, 4 de octubre de 2016

CAPITULO 28 (SEGUNDA HISTORIA)





La vi tanto el viernes como el sábado en el bar, luego tuve una partida de cartas el lunes e hice algo de dinero. Los lunes van a ayudar mucho a la causa. El fin de semana llamé a un agente de bienes raíces en Atlantic City y puse a la venta mi casa. El martes, tomé el portátil y busqué cómo iniciar un negocio. Miré algunos lugares y me di cuenta que podría hacerlo. No era solo un sueño, mierda, iba a ser real.


El miércoles, encontré mi edificio, a cuatro calles del bar. 


Tres pisos y la planta superior ya tiene un gran loft. Está bien, pero lo mejoraré.


¿Qué opinas? me pregunta el banquero Townsman.


Se ve bien. Necesita mucho trabajo.


Bueno, eso sucede. La gente sabe que está perdiendo algo y dejan de cuidar de su mierda. La economía apesta, así que no nos hemos esforzado.


Aunque los cimientos están bien, es una estructura sólida. 


Es una ganga para la persona correcta.


No quiero parecer demasiado ansioso.


Estás pidiendo doscientos mil por un lugar que necesita casi la misma cantidad para ponerlo en marcha.


Baja la mirada al archivo en su mano.


Como dije, vale la pena.


Extiendo la mano y la estrecha.


―Lo pensaré.


Duda, pero no me da lo que quiero. Su señal es la vacilación. Se derrumbará.


Me acerco hasta la casa de Paula y llego justo cuando están saliendo. Paula se ve increíblemente atractiva con su camiseta negra, pantalón negro de estilo militar y el cabello recogido en coletas bajas que cuelgan sobre sus hombros.


―Casi llegas tarde. Camila menea el dedo hacia mí.


―Lo siento, señorita. También muevo el dedo. Tuve una reunión, pero estoy aquí.


Le doy a Paula el medio abrazo habitual, pero esta vez, huelo su cabello.


Maldita sea le susurro al oído.


Da un paso atrás y me mira.


¿Reunión?


Sí. Tomo a la pequeña y me la echo por encima del hombro. Ten una buena noche en el trabajo, pequeña mamá.


Camila se ríe.


Que tengas una buena noche en el trabajo, pequeña mamá. Yo iré a una cita.


—Asegúrate de que se abroche el cinturón y tiene que estar en la cama un poco más temprano, tenemos una reunión mañana.


La miro.


¿Reunión?


Sí responde mientras sonríe y se aleja.



***


Tienes que ser papá afirma Camila bostezando mientras se acurruca contra mí.


¿Eso crees? pregunto, comenzando a cerrar el libro.


Bueno, tal vez no. Mi papá perfecto leería dos libros más.


Me río.


¿Qué libro debo leer entonces?


Se sienta y se estira hacia su mesita de noche.


Éste.


Bueno, supongo que puedo leer uno más.


Alza dos dedos.


Dos más, ¿recuerdas?


Lo recuerdo bien. Le hago cosquillas bajo la barbilla, después abro el libro. Había una vez…




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